Esta vez no necesitó meter un gol para brillar, tampoco ocupó 90 minutos en la cancha para convertirse en figura, Carlos Will Mejía se encargó de volver loca a la defensa del Real España en el primer duelo de la semifinal. Tal y como aquella noche del 17 de diciembre de 2011 donde le dio el título al Olimpia en una Gran Final contra el mismo Real España con un doblete suyo, Carlos Will se encargó de levantar de las gradas a la afición.

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