En un tsunami humano se convirtió la visita de Olimpia al Instituto Jesús Milla Selva, de la popular colonia Kennedy. La presencia del Albo causó tal furor que lo preparado por el patrocinador del club no se logró llevar a cabo. La pasión desbordada obligó a suspender los actos y a encerrar en una oficina a los jugadores para calmar a los jovenes estudiantes que trataban de llevarse cualquier recuerdo posible de sus ídolos.

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