De la boca de Donis Escober no pudo salir ninguna palabra. El silencio era el único escudo que lo defendía. Se quedó a 34 minutos de imponer una nueva marca de imbatibilidad en el fútbol hondureño. El cronómetro marcaba apenas los 40 segundos de la recién iniciada etapa complementaria cuando se dio la jugada cruel. Mauricio Sabillón, un defensa esmeralda que no acostumbra a disparar al marco y el desgraciado roce del olimpista Juan Carlos García terminaron siendo, sin plan pactado previamente, los cómplices para que la historia no tuviera un final feliz.

Compartilo: