Roto el molde de un partido copiosamente malo, apareció él, escaso de carnes, potente de piernas, hecho en el barro de Copán y rescatado por Danilo Tosello para hacer lo que hizo ayer: un gol de otro partido; un golazo, en verdad. De media tijereta, espectáculo aparte. Juan Ramón Mejía se ha encontrado con el genio de la lámpara, que le ha concedido tres deseos al ariete…
Juanra, es tu tarde…

Compartilo: