“Olimpia es como mi hijo; le dedico mucho tiempo y dinero”, afirma Rafael Ferrari, presidente olimpista. En el fútbol hondureño no existe un presidente de un equipo de fútbol que sea más exitoso que él. Ferrari, que ya empezaba a distinguirse como una persona visionaria en las telecomunicaciones, decidió tomar la presidencia del Olimpia en el año 86. El club en ese entonces no tenía la grandeza que ahora tiene, nada más con siete títulos obtenidos en Primera División.

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