Por Elmer López Lutz
Son pocas las familias en Honduras que pueden darse el lujo de decir que han tenido a tres o más hermanos que jugaron en los equipos de fútbol de la primera división.
Puedo recordar a los hermanos Reyes Rodríguez con Arturo (Picho Pacho), René (Reno) y Ricardo (Chendo), a los Espinoza Zerón con Nahúm, Juan Carlos y Enrique, a los Palacios Cacho con Milton, Jerry, Wilson y Johnny, y a los que en esta ocasión me referiré, los hermanos René, Carlos (Calistrín) y Raúl Suazo Lagos.
Nacidos del hogar constituido por Carlos Humberto Suazo Moncada, herrero de profesión y María del Socorro Lagos, radicados inicialmente en Tegucigalpa, quienes procrearon 12 hijos, 6 de los cuales aún viven.
La vena del fútbol probablemente venía del lado de su madre ya que su sobrino, Juan Ramón Lagos había sido seleccionado nacional. Buscando un mejor futuro y a raíz del auge de la industria del banano en la costa norte, deciden trasladarse a vivir a Tela donde el “Maistro Humberto” obtiene trabajo en los talleres de la Empresa Standard Fruit Company, posteriormente al trasladar sus oficinas, son ubicados por la empresa en La Lima.
René el mayor de los tres, nació en Tela un 28 de febrero de 1934, Calistrín 2 años después, también en Tela un 8 de marzo, y Raúl en La Lima, un 19 de septiembre de 1943. Asisten a la Escuela Esteban Guardiola, donde René y Carlos hacen sus pininos en el fútbol jugando en el Barrio La Mulera.
Posteriormente cuando René ya estaba estudiando en Tegucigalpa, interno en el Instituto Central, y Carlos tenía 17 años, sus padres deciden trasladarse de nuevo a Tegucigalpa donde Don Carlos Humberto inicia el recordado Talleres Suazo en el barrio Guanacaste, patrimonio familiar.
Hubieran sido 4 los hermanos futbolistas, sin embargo, Roberto con apenas 14 años de edad (dos años mayor que Raúl), falleció trágicamente en 1956 después de que, en un partido del barrio, jugando como portero, sufrió un traumatismo en su cabeza, falleciendo 3 días después en el Hospital General San Felipe de una hemorragia cerebral.
René inició jugando en un equipo llamado Chalatenango de la Lima, su nombre se debía a que fue fundado por trabajadores salvadoreños. Jugó de defensa, aunque también la hacía de portero.
Luego se trasladó a Tegucigalpa para continuar sus estudios, gracias a una beca que la Compañía Bananera le otorgó por su excelencia académica, en el Instituto Central donde también jugó en el equipo.
En 1952, pasa a jugar con Olimpia donde jugó por 3 torneos, inicialmente de volante y luego, con el entrenador Carlos Padilla, de lateral izquierdo. Sin embargo, en 1957 se retira tempranamente del fútbol, ya que se especializó como entrenador de baloncesto dirigiendo a varios equipos y selecciones nacionales. Fue profesor y entrenador de secundaria en el Instituto Central, la Escuela Militar y el Instituto Tegucigalpa. También se formó como entrenador de futbol en la primera Escuela de Entrenadores dirigida por el famoso entrenador Otto Pedro Bumbel en 1955.
Fue entrenador y jugador del Gimnástico, así como del Atlético Español donde tuvo como jugador y luego como asistente a José de la Paz Herrera (Chelato Uclés), quien posteriormente reconocería que quien le recomendó estudiar para entrenador de futbol fue precisamente René Suazo Lagos.
René también estudió Derecho en la UNAH y posteriormente un doctorado en España y Alemania, regresando para ser el director del Post grado de Derecho Penal de la UNAH, así como para desempeñarse como el primer Fiscal Contra la Corrupción en Honduras. Actualmente disfruta lleno de vida, su jubilación a los 82 años de edad.
Calistrín se inició en el Asturias de La Lima, jugaba de delantero interior derecho posición que posteriormente se denominó volante de llegada, pero dadas sus grandes condiciones pasó rápidamente al Hibueras de La Lima donde quedó campeón regional en 1953 con tan solo 17 años de edad.
Posteriormente se traslada a Tegucigalpa pues venía recomendado para Motagua, sin embargo, por la intervención de Don Federico Fortín, fue el Federal quien se hizo de sus servicios ya que le consiguieron trabajo, lo pusieron a estudiar y lo alojaron en el anexo del Hotel Astoria.
Después de una temporada, en 1955 pasó al Olimpia en donde se encontraba ya su hermano René con quien jugaron juntos hasta 1957. En Olimpia obtiene sus primeros dos títulos nacionales convirtiéndose en la revelación del equipo, razón por la cual emigra en 1958 al futbol español fichando para el Elche de la segunda división en donde ya se encontraba su compatriota José Enrique “Coneja” Cardona, logrando juntos el ascenso a la primera división. Ya en la liga de privilegio se le recuerda en un soberbio partido cuando le ganaron 4 a 2 al Betis en Sevilla con dos goles suyos.
En agosto de 1960 regresa al país para una eliminatoria con la Selección Nacional y decide quedarse y continuar con Olimpia, obteniendo 4 títulos más (6 en total), estando 12 años como jugador activo, además de vestir la camiseta de la Selección Nacional en múltiples ocasiones.
Como dato curioso recuerda que en el año de 1960 jugando contra la Selección de Guatemala impuso un record al anotar el mismo gol 3 veces: la primera vez el árbitro le anuló el gol pues adujo que ya había pitado falta a su favor, luego cuando ejecutó el tiro libre para vencer al famoso portero Guillermo “La Pantera” Gamboa, el árbitro le anuló el gol aduciendo que no había autorizado su ejecución, por lo que por tercera vez marcó el gol al ejecutar nuevamente el tiro libre y siempre en el mismo ángulo de la portería sur del Estadio Nacional de Tegucigalpa, con lo que ganaron el partido 1 a 0.
Sin embargo, para Calistrín su mejor gol lo anotó jugando con la Selección Nacional en un partido amistoso contra el Estrella Roja de Belgrado, en un soberbio tiro libre, con un chanflazo de más de 35 metros que se coló por el ángulo superior izquierdo de la portería norte del Estadio nacional, largamente ovacionado por el público asistente y merecedor del reconocimiento del portero rival.
Calistrín también fue un gran entrenador, llegando a dirigir al Olimpia en la obtención del título de la temporada 69/70, como campeones invictos, y quedando subcampeón de la CONCACAF, así como en 1985 cuando el 27 de agosto le ganaron 1 a 0 al América de México en el Estadio La Corregidora de Querétaro, con gol de Amílcar Lanza. También dirigió al Broncos de Choluteca, al Sula de La Lima y al Tiburones de San Lorenzo. Actualmente Calistrín a sus 80 años, goza de una tranquila jubilación.
Raúl se inició a la edad de 12 años, formándose en la Academia de Futbol del Atlético Español, bajo las órdenes de Arturo “Cati” Uclés. A los 16 años se integró al Olimpia donde por 14 años, de 1960 a 1974, siempre sobresalió como un jugador desequilibrante y técnicamente muy dotado, que se inició en la posición de interior pero que terminó como volante.
Los primeros 2 años jugó en el equipo juvenil, pero en 1962 es ascendido al equipo de primera de forma sorpresiva, junto con varios de sus compañeros, a raíz de que 8 de los jugadores titulares, en cuenta Calistrín, fueron suspendidos por una agresión colectiva al árbitro Antonio Muñoz en un recordado clásico contra Motagua (leer “Olimpia vs. Motagua en los Años Olvidados de 1947 a 1964”).
En la Liga Nacional anotó 27 goles con Olimpia. De 1963 a 1967 Raúl y Calistrín jugaron varios partidos como titulares, tanto en el Olimpia como en la Selección Nacional. Inclusive anotaron juntos en varios partidos con Olimpia, como cuando en el Campeonato Nacional 1963/1964 en el clásico contra Motagua, ambos anotaron junto a Donaldo “Coyoles” Rosales, para darle el triunfo al Olimpia 3 a 2 en el partido de la primera vuelta.
Luego en otro recordado partido del Campeonato Nacional de 1965 contra La Salle de San Pedro Sula, Olimpia se destapó con una goleada histórica de 10 a 2 donde ambos marcaron, sólo que Calistrín un póker, es decir 4 goles. Calistrín siempre estuvo pendiente de Raúl, recuerdan un partido contra el Hispano, que un defensa grandulón cuyo apellido obviaré, al no poder detener al habilidoso Raúl le soltó una patada, en ese momento llegó Calistrín y lo apartó, pero el defensa le soltó un golpe que Calistrín hábilmente esquivó, y como si fuera un boxeador profesional, le devolvió 2 cacheteadas que hicieron que el defensa se acobardara. No pasó a más.
Raúl también recuerda esta interesante anécdota: el 15 de febrero de 1972, Olimpia enfrentó al famoso equipo Santos de Brasil con todas sus estrellas, Raúl entró a jugar en el segundo tiempo y en la primera jugada, recibe el balón de espaldas, al darse vuelta observa un par de piernas entreabiertas e intenta hacer un túnel, pero no lo logró, pues el jugador rival logró cerrarlas a tiempo.
El partido terminó 0 a 0. Esa noche en la residencia del Embajador de Brasil se ofreció una recepción al equipo Santos. Por su amistad con los hermanos Batista, jugadores brasileños del Motagua, Raúl es invitado. Durante el convivio le presentaron al “Rey” Pelé quien al estrechar su mano lo quedó mirando muy fijamente y le dijo: tu jugaste hoy… y me quisiste hacer un túnel.
Con mucha pena Raúl le explicó que cuando lo intentó no sabía de quién se trataba. Mientras era aún jugador, Raúl estudió Ciencias Jurídicas y Sociales, recuerda que, en una ocasión, para las eliminatorias del mundial de México 70, estando concentrado con la Selección Nacional solicitó permiso a la Federación para faltar unos días, con el objeto de presentar sus exámenes finales del quinto año. El permiso le fue denegado y tuvo que retirarse de la concentración. Imponiéndole la Federación un castigo de “no volver a integrar de por vida, ninguna selección nacional de futbol en el país”.
Afortunadamente esta sanción fue revocada poco tiempo después. Raúl ganó con Olimpia 6 campeonatos de liga, 1 campeonato de CONCACAF y 1 subcampeonato de América. Actualmente Raúl está jubilado, aunque aún trabaja como abogado.
Debido al retiro temprano de René, los hermanos Suazo Lagos nunca jugaron juntos en Olimpia, sin embargo, durante el tiempo de sus brillantes trayectorias el equipo cosechó 16 títulos de liga, además de importantes logros con la Selección Nacional.
Gracias René, gracias Calistrín, gracias Raúl, ¡la familia olimpista siempre los recordará!