[vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”full_width” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern”][vc_column][vc_row_inner row_type=”row” type=”full_width” text_align=”left” css_animation=””][vc_column_inner][vc_column_text]

¿A quiénes les va bien y a quiénes les va mal con el COVID-19?

[/vc_column_text][vc_separator type=”normal” color=”#dbdbdb” up=”20″ down=”20″][vc_empty_space height=”12px”][vc_column_text]Por: Elmer López Lutz[/vc_column_text][vc_empty_space height=”22px”][vc_empty_space][vc_column_text]

Ante el avance de la pandemia del COVID-19 nivel nacional, es importante reflexionar sobre la verdadera razón que puede hacer la diferencia entre padecer una enfermedad leve o padecer una enfermedad severa y mortal. He aquí lo que la ciencia ha demostrado.

Ya se sabe que la mayoría de los futbolistas o deportistas que se infectan de COVID-19 generalmente, o son asintomáticos, o sufren una enfermedad muy leve. Por otro lado, se sabe que las personas que tienen sobrepeso, son fumadores, o padecen enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, enfermedades pulmonares, del hígado o de los riñones les va mal, pues cuando se infectan por COVID- 19, generalmente padecen una enfermedad severa y a veces mortal.

¿Qué tienen en común la gran mayoría de las personas que, cuando se infectan por COVID sufren una enfermedad severa? ¿Cuál es el factor que determina quién tiene más probabilidad de complicarse?

LA GRASA ABDOMINAL COMO MARCADOR DE INFLAMACIÓN INTERNA:[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image image=”22382″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” qode_css_animation=””][vc_empty_space][vc_column_text]La ciencia médica ha determinado que el exceso de grasa acumulada, sobre todo en el abdomen, es el principal factor, pues es indicador de que la persona tiene un estado de inflamación interna. Ya está bien demostrado que la grasa acumulada funciona como un laboratorio del mal, pues el adipocito, así se llama la célula de grasa, es un órgano inmunológico, capaz de producir algunas sustancias que promueven que la sangre se inflame y que al llegar a los diferentes órganos del cuerpo los inflame también, provocando enfermedades como la diabetes en el páncreas, arterioesclerosis en las arterias,

infartos en el corazón, derrames en el cerebro, hígado graso y cirrosis en el hígado, fibrosis en los pulmones y desarrollo de algunos tipos de cáncer.

¿Tengo yo una inflamación interna? Saberlo es bien sencillo. Basta con medirse con una cinta métrica el perímetro abdominal 2 centímetros arriba del ombligo. Si un hombre tiene un perímetro abdominal igual o mayor a 94 centímetros y una mujer igual o mayor a 88, este dato por sí solo, indica que probablemente la tengamos. Además, si tiene 2 de los siguientes 4 factores de riesgo como ser: niveles de glucosa en ayunas por arriba de 100 (o ya ser diabético), niveles de triglicéridos arriba de 150, colesterol HDL debajo de 40 en los hombres y debajo de 50 en las mujeres y presión arterial igual o por arriba de 130/85 (o ser ya hipertenso). Perímetro abdominal elevado más dos o más factores indica que usted tiene síndrome metabólico, es decir inflamación interna, y está en riesgo de desarrollar cualquiera de las enfermedades mencionadas.[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_empty_space][vc_single_image image=”22383″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” qode_css_animation=””][vc_empty_space][vc_column_text]¿Qué pasa cuando las personas que tienen inflamación interna se infectan con el virus del COVID? Cuando una persona que tiene una inflamación interna se infecta con el virus del COVID, el virus es capaz de producir un estado de mayor inflamación llamado tormenta de citoquinas, el cual afecta varios órganos del cuerpo y hace que los enfermos se compliquen y tengan más posibilidades de fallecer. Es como quien entra a una cueva y revuelve un avispero.

¿Dónde se origina este estado de inflamación? El estado inflamatorio se origina en el colon o intestino grueso, más conocido como la microbiota intestinal. Dentro del colon conviven normalmente en un estado de equilibrio alrededor de 100 billones de bacterias (si las pudiéramos juntar, pesarían alrededor de 200 gramos y tendrían el tamaño de un mango), las cuales son las encargadas de evitar la inflamación interna. Sin embargo, existen varios factores que pueden provocar que el equilibrio de la microbiota se rompa como ser infecciones (por ejemplo, el coronavirus), uso de medicamentos como antibióticos o

antiinflamatorios, ingesta alcohólica, tabaco, contaminación ambiental, estrés emocional, etc. Pero por mucho, el causante más importante de un estado de inflamación interna es una mala alimentación.

La mala alimentación produce un desbalance a nivel intestinal conocido con el término de disbiosis, el cual produce un aumento en la captación de energía de los alimentos producto de alteraciones en la permeabilidad del intestino como consecuencia de la inflamación intestinal. Esto conlleva a la producción de sustancias inflamatorias conocidas como citoquinas, de las cuales destacan el factor de necrosis tumoral alfa, la interleucina 6 y la adiponectina, así como el aumento de la proteína c reactiva, un marcador de inflamación sistémica. Lo que genera un aumento de los depósitos de grasa en el cuerpo, así como el desarrollo de enfermedades como la diabetes, el hígado graso, la enfermedad cardiovascular y el cáncer.

Ya está bien demostrado que alimentos como pan dulce o postres, bebidas gaseosas, papas fritas, lácteos, carnes rojas y carnes procesadas, promueven el estado de inflamación interna.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image image=”22384″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” qode_css_animation=””][vc_empty_space][vc_column_text]Por otro lado, alimentos como frutas, verduras, legumbres, cereales y granos enteros tienen un efecto anti inflamatorio (ver, “La dieta para enfrentar la pandemia del coronavirus” y “Reflexiones sobre la pandemia COVID-19 en el fútbol y en tu salud”).[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image image=”22385″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” qode_css_animation=””][vc_empty_space][vc_column_text]Además, estudios demuestran que la falta de ejercicio físico es otro factor que promueve el estado de inflamación, en cambio, la práctica regular deun ejercicio físico vigoroso lo combate.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image image=”22386″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” qode_css_animation=””][vc_empty_space][vc_column_text]Por eso a la mayoría de los futbolistas o atletas que se infectan con el virus del COVID les va bien, porque son delgados, se alimentan bien y hacen ejercicio. Desafortunadamente, la mayoría pierde esa protección cuando termina su etapa de futbolista, ya que se engordan, comen de todo y se vuelven sedentarios.

 

CONCLUSIÓN

Nos enfrentamos a un virus que es altamente selectivo y que nos ha desnudado en nuestro estilo de vida, desde la forma de alimentarnos, pasando por el grado de actividad física, hasta por nuestros vicios y malos hábitos. Sin embargo, esta pandemia representa una excelente oportunidad para reflexionar y para hacer las correcciones necesarias que nos permitan mejorar nuestro estado de salud y calidad de vida.

“No todas las tormentas vienen para desordenar tu vida. Algunas vienen para limpiar tu camino”.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row]

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