Los viejos “escauteadores” del fútbol solían determinar la calidad de un futbolista en pocos minutos. Nomás bastaba un par de controles de balón, algunos piques y determinada cantidad de remates al arco, para darse cuenta si tenía, o no, madera para llegar a primera división.
Aplicando este ancestral criterio, podría decirse que el uruguayo Sebastián Rosano, fichado recientemente para sustituir a Óscar Boniek García en el mediocampo de Olimpia, no tendrá mayores problemas para adaptarse en el fútbol hondureño.
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